Nada.
Eso es lo que te corresponde y es bueno que lo entiendas.
Tu lucha no interesa,
tan solo mi capricho te gobierna.
Nada.
Eso es lo que el mundo reserva para vos,
el cero después del cero,
el vacío en tu bolsillo y en tu mesa,
el mismo vacío que yo siento y no me pesa.
Nada.
Porque nada eres para mí,
yo soy el dueño de tus días pequeños,
de tus diminutos sueños que a nadie desvelan.
Nada y menos que nada,
ni las migas del festín que nos ocupa,
ni un terrón de patria es para vos,
ni un grano de la espiga que se siembra,
ni un solo paso sobre el camino que se estrena
para ir a cualquier lugar que no es el tuyo.
No hay lugares para vos, no hay nombres,
no hay trabajo, ni ilusiones, ni proyectos.
Todo estaba en la mentira que creíste sin pensar
que siempre estamos dispuestos a romper,
a quemar, a destruir, a pisotear.
Ignorantes quizás, te lo concedo,
pero con todo el poder que da el dinero.
Nada.
Repetilo frente al espejo una vez más.
porque eso es lo que sos para nosotros,
los que ajustamos tu nudo con cada amanecer,
un poco peor,
un poco más lejos,
un poco más afuera de todo lo que existe.
Por eso tengo que sacarte un poco más de piel,
porque que me desafiaste con tu reclamo
y eso no se perdona.
¿Ves? ya no sonrío, este es mi rostro de verdad,
el que guardaba para cuando decidieras despertar.
No, nunca digas que piensan en volver,
no se juega con la furia de las bestias,
no cantes esa estúpida consigna de Memoria y de Verdad.
No, basta! no marches por las calles de mi empresa,
no abraces la bandera como si tuviera algún valor,
no la nombres a Cristina por favor ya no la nombres.
Porque hasta un monstruo como yo puede arrodillarse de terror frente a su nombre.
…alejandro ippolito…