Del Potro transforma a Delray Beach en un rincón de Tandil

El pulso de la ciudad se circunscribe a la presencia de Juan Martín del Potro: cuando juega aumenta su ritmo cardíaco porque decenas de argentinos monopolizan el escenario. En un torneo cuya cantidad de espectadores va creciendo durante su desarrollo, sólo Delpo es capaz de modificar la escena en un partido de 1a rueda. Tal es la importancia de Del Potro en el circuito que hasta el New York Times, tal vez el diario más importante de Estados Unidos, envió un corresponsal para cubrir su regreso. Volvió al circuito con una victoria sobre Anderson, pero el gran impacto lo provoca en la gente: su presencia revoluciona el torneo.

La antesala de su exitoso debut frente a Kevin Anderson no fue la excepción. Una marea de argentinos fue llegando durante las horas previas al partido con banderas, camisetas de la selección e incluso de Boca. Cuando Delpo emprendió su camino hacia el court central, se agolparon para recibirlo junto al improvisado pasillo que separa el estadio del salón de jugadores. Después le imprimieron calor al clima ventoso de una noche que complicó el normal desarrollo de un partido con poco ritmo. Como si estuviera en casa, desde las tribunas bajó el clásico «olé, olé, olé, olé, Delpo, Delpo».

Gastón, quien viajó junto a un amigo solamente para verlo, fue uno de ellos: «Vinimos porque Juan Martín es uno de los deportistas argentinos más importante y porque alentarlo estando tan lejos te hace sentir un poco más cerca de casa».

Concluida la faena, más de cien fanáticos volvieron al sendero vallado para brindarle su cariño.

«La caminata previa y post partido es algo que disfruto mucho, a veces hasta más que el juego en sí. Me transmiten tanto cariño todo el tiempo que, por más que sea un torneo 250, me dan ganas de dejar todo, seguir avanzando, por tener la chance de volver a caminar ese pasillo enfrente de toda esa gente. Por suerte voy a poder tener otra oportunidad de disfrutar eso, que es algo que extrañé muchísimo cuando lo veía desde mi casa, es algo que es difícil ganárselo y es difícil mantenerlo».

Un puñado también se quedaría en la puerta del complejo por más de una hora esperándolo: a las once y media de la noche, el tandilense salió a la puerta y se entregó a quienes se habían quedado. La mayoría, residentes o de vacaciones en Miami, aún debían manejar dos horas para volver a casa. Entre ellos estaba Jorge, quien hace treinta años reside en el sur de la Florida: «Siempre que Juan juega, venimos a verlo. En Delray Beach y en el Masters. Incluso, fuimos a verlo al US Open cuando salió campeón».

Pese al lluvioso miércoles que postergó la programación de Delray Beach, Del Potro tendrá acción este jueves por los octavos de final del torneo frente al bosnio Damir Dzumhur, actual 79º del ranking ATP. Después de una exigente pretemporada y un rival complicado en el debut, el tandilense dispondrá de una buena oportunidad para empezar a reencontrarse con el ritmo del circuito.

«Fue mi primer partido y lo sentí así por la dureza de mi juego, los movimientos que están un poco lentos, incluso por momentos me sentí descoordinado. También tuvieron que ver las condiciones de la noche. No fue el partido ideal para arrancar a buscar el ritmo que necesito, pero lo importante fue ganar».

Delpo volvió a mostrar que su derecha y su saque son casi imparables, además de un revés con slice que se fue convirtiendo en un nuevo recurso mientras busca recuperar aquel revés que también fulminaba las aspiraciones rivales.

«Técnicamente el revés está mejor, a veces le puedo dar un poco más de top con el trabajo que hace mi muñeca, pero sé que lo puedo hacer mucho más. En momentos importantes del partido, a veces prefiero jugar con slice, que es un tiro que me da confianza antes que con ese revés que busco tener el día de mañana».

La ilusión de los fanáticos es absoluta. Después de su histórico 2016, todos quieren volver a ver a Del Potro dentro de los primeros diez mejores del mundo. Cristian y María, quienes invirtieron casi 70 dólares para viajar desde Miami en Uber, coinciden: «Es uno de los mejores del mundo, se merece estar más arriba en el ranking».

La sensación es general entre hinchas y periodistas: en condiciones normales, el argentino puede estar otra vez entre los diez mejores del circuito. Sin embargo, Delpo no se desespera.

«Por ahí me quieren ver mucho más arriba que donde estoy, o piensan que puedo estar mucho mejor en el ranking, pero no me preocupa hoy en día, aunque sí me gustaría ser cabeza de serie en los torneos grandes para saltear primeras ruedas más complicadas. Mi tenis ha ido evolucionando en el tiempo, estoy en una situación de día a día, me tomo mucho más tranquilo todo, trato de lidiar con la presión y la ansiedad de que me vean más arriba que donde estoy. Hoy me siento bien y al final del día agradezco estar jugando al tenis».

Del Potro empezó su nueva temporada como terminó la anterior: ganando. Hoy buscará extender sus buenas sensaciones en un Delray Beach que volverá a verse convertido en un rincón de Tandil en Estados Unidos.

Apuntes en el court

Dos argentinos a cuartos de final en tierra carioca

En el ATP 500 de Río de Janeiro, la estación más importante del circuito en América del Sur, dos argentinos alcanzaron los cuartos de final. Uno es Diego Schwartzman (51º), que superó a Federico Delbonis (52º) por 6-4 y 7-6 (7-1). El otro, Nicolás Kicker (123º; proveniente de la clasificación), que derrotó por un doble 6-3 al belga Arthur De Greef (138º; había eliminado al último campeón, Pablo Cuevas). Hoy, a las 16.30, Horacio Zeballos (73º) se medirá con Alexandr Dolgopolov (50º; Ucrania), por los 8vos de final.

Un challenger sobre cancha dura, en Tigre

El correntino Leonardo Mayer, campeón de la Copa Davis con la Argentina hace menos de tres meses, será la máxima atracción del challenger Copa Ciudad de Tigre, que se jugará entre del 14 al 19 de marzo próximo, repartirá premios por 50.000 dólares y se convertirá en el primero en el país sobre superficie de cemento.

Fuente: CANCHALLENA.COM

Horacio Sobol

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