Se me ha ocurrido utilizar la guillotina para anular tus jaquecas.
He pensado amputarte los brazos para eliminar esa suciedad que persiste en tus uñas.
Pensé que sería bueno arrojarte al hambre y la miseria para concentrar tu miedos en unas pocas acciones.
Por tu bien y nada más que eso, he cerrado tu fábrica, tu comercio, tu industria, para que busques en un lugar menos mundano tu felicidad verdadera.
He subido los precios de todas las cosas para que las valores, sólo para eso. A fuerza de ser tan sincero he aumentado las tarifas de todos los servicios para que no te distraigas con luces y colores, para hacer de tu vida un reducto despojado de placeres inútiles como leer de noche o mirar una película.
Saqué el pan de tu mesa por cuestiones de salud, lo mismo hice con los demás alimentos, solo para cuidarte.
Todo lo que te quito es para que te quedes unicamente con lo importante, lo que es solo para vos, lo que te corresponde según mi criterio y los de mi clase, lo que el universo le dispensa a los que están por debajo de mi mirada, aquello que tenía reservado para vos desde el día en que me diste las llaves de tu vida para que la gobierne.
Si supiera hacer otra cosa la haría, pero no conozco otra forma.
Lo que te dejo es aquello que merecés, ni más ni menos, nada.
…alejandro ippolito…
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“Todo lo que estamos haciendo es para tener más energía, para tener más fábricas y más trabajo y así reducir la pobreza. Hacemos esto porque es absolutamente necesario, si hubiera alguna alternativa a los aumentos yo la hubiese aplicado.
