María Irigoyen se prepara para la temporada 2017 y hace un análisis del tenis femenino en Argentina

María Irigoyen tiene 29 años y es, en este momento, la única jugadora argentina con participación frecuente en el WTA TOUR . Dedicada por completo al dobles -hoy ocupa el puesto 53° en esa especialidad-, la zurda surgida en nuestra ciudad se apresta a comenzar una nueva temporada, que arrancará en suelo oceánico con los torneos de Auckland, Hobart y el Abierto de Australia. Al mismo tiempo, analiza su situación, la del tenis femenino argentino y el circuito internacional.

Sin embargo, al mismo tiempo, Irigoyen destaca que, en cuanto a premios, todavía existen una distancia importante entre el Tour masculino y el femenino. «Todavía hay una muchísima diferencia de plata. Si bien en los Grand Slams y en los Premier Mandatory (el equivalente de los Masters 1000) las cifras están igualadas, son pocos torneos en los que esto sucede, porque en el resto hay bastante diferencia. Un WTA de la categoría más baja reparte 200.000 dólares, y un ATP 250, que es un nivel similar, la diferencia de ‘prize money’ es casi tres veces más, rondan los US$ 600.000».

-Durante mucho tiempo necesitaste un sponsor particular que ayudara para pagarte las giras. ¿Cambió la situación con la dedicación al dobles?

-Sí, ahora soy independiente. Con el dobles se puede ganar algo, si no preguntale a los hermanos Bryan… Obvio que no es lo mismo que singles en cuanto a premios, pero si estás dentro de los 50 primeros podés ser independiente, como en mi caso.

-En su momento lo extrañé y lo extraño, por supuesto, porque a mí me encanta jugar singles y correr mucho, pero creo que en la vida hay un momento para todo. Yo tuve hermosos momentos en singles pero ahora estoy en otra etapa, soy muy feliz con lo que hago. Es algo que se va dando. A mí el dobles siempre me encantó, pero es algo a lo que le di importancia en los últimos años. Se dio así, salió bien y estoy segura de la decisión que tomé.

Desde hace un largo rato, Irigoyen es entrenada por su hermano Luis Carlos, Toti para todos en el ambiente de las raquetas. Con él tomó la determinación de dedicarse al dobles, aunque todavía busca conformar una pareja estable, algo importante dentro de la gira de esta categoría. «Es difícil porque muchas le dan prioridad al singles, por eso busco rotar con dos o tres jugadoras. El año pasado jugué varios torneos con (la polaca) Paula Kania, pero en esta gira voy a jugar con Ipek Soylu -una joven jugadora de Turquía- y con la china Liang Chen», explica. Irigoyen tiene dos títulos de WTA en dobles, incluido uno en 2016, en Río de Janeiro, con la paraguaya Verónica Cepede Royg como compañera. A diferencia de los singles, para el ranking de dobles se cuentan sólo los 11 mejores resultados de cada jugador, sin torneos de participación obligatoria.

-¿Qué pensás que hace falta para que las chicas se dediquen más al tenis?

Es lo de siempre. Falta apoyo económico para que puedan empezar. El tenis es una actividad muy cara en el comienzo, casi no tenemos torneos en la Argentina para una jugadora que quiere empezar a competir. Una chica que está en el puesto 500° tiene que salir a hacer tres o cuatro giras fuera del país para sumar puntos y eso cuesta una fortuna; ni hablar si hay que viajar con entrenadores y tener gasto de equipo como las europeas. Si bien siempre nos comparan con los varones, ellos tienen más torneos dentro de Sudamérica. Un jugador puede meterse dentro del Top 200 sin salir de la región, pero nosotras no podemos hacer eso, tenemos que ir al cemento, que son superficies que no son nuestro fuerte. Hay una diferencia fuerte de calendario, por eso está bueno lo de los varones, que pueden utilizar sus armas donde pueden, con más comodidad. No es una cuestión solo de dinero.

-¿Haber ganado la Copa Davis puede servir como impulso?

-Sí, por supuesto. Puede ayudar mucho. Si lo llevamos al hockey, en su momento lo que logró Lucha Aymar también en cierto modo contagió a los varones, por supuesto que es un logro que puede ayudar.

Fuente: Cancha Llena, La Nación.

Horacio Sobol

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