El Banco Central de la República Argentina (BCRA) aprobó finalmente la compra del Banco Interfinanzas por parte de los hermanos Calcaterra, primos de Mauricio Macri. El modesto banco de segunda línea tiene sede en Buenos Aires y las Islas Caimán, no atiende al público ni tiene sucursales y sus fondos vendrán de contratos de Obra Pública según el plan de negocios presentado. El segundo socio del banco es un testaferro de Alfredo Yabrán.
Tres días después de que el Senado de la Nación aprobó su pliego al frente del Banco Central de la República Argentina, Federico Sturzenegger, actual presidente de la entidad, y el directorio aprobaron la compra por parte de los hermanos Calcaterra del Banco Interfinanzas SA, un modesto banco de segunda línea que tiene algunas peculariedades: su única subsede fuera de la Argentina queda en las Islas Caimán, no atiende al público y su plan de negocios prevé que sus fondos vendrán de contratos por Obra Pública.
De esta manera, la familia Macri termina de perfeccionar el negocio: primero pasaron las empresas constructoras a nombre del primo Angelo, después le dieron todos los contratos de Obra Pública y ahora le dan un Banco para que pueda girar esos dividendos a paraísos fiscales.
De acuerdo con el dictamen 896/16 que se firmó el miércoles 6 de diciembre en el directorio del BCRA, los nuevos dueños del Interfinanzas son Fabio y Angelo Calcaterra y Fernando Javier Mauro. Desde la época en que se cruzaban los negocios de Alfredo Yabrán y Franco Macri, los Mauro han oficiado de nexos y testaferros. Sin aparecer nunca más que como “directores” o “apoderados” de distintas sociedades, pero siempre con la garantía detrás de SOCMA y SIDECO, su nombre recorre compras y licitaciones sinuosas de las últimas décadas.
Mauro deberá aportar ahora casi cinco millones de dólares que, según el plan de negocios, traerá de “títulos, acciones y participaciones en el exterior” sin especificar de qué empresas. Los hermanos Calcaterra, que tienen que aportar otro tanto, lo harán de plazos fijos y de la venta de lotes de la familia. Lo curioso es que los lotes, que cada uno vende por setescientos mil dólares, los compra la empresa Campo Los Ranchos que, según la Bolsa de Comercio, pertenece también a los Calcaterra.
La ingeniería desplegada en la presentación ante el BCRA para explicar cómo conseguirán los fondos para pagar tiene una dificultad: todos los que compran, venden y transfieren terminan teniendo domicilio en Manuela Saenz 323. Una dirección que se repite, además, en varias de las causas judiciales que se investigan hoy en los tribunales de comodoro Py ya que es el mismo domicilio fijado por las empresas de Lázaro Báez.
La ingeniería desplegada en la presentación ante el BCRA para explicar cómo conseguirán los fondos para pagar tiene una dificultad: todos los que compran, venden y transfieren terminan teniendo domicilio en Manuela Saenz 323. El mismo domicilio fijado por las empresas de Lázaro Báez
Según el Plan de Negocios aprobado por el directorio del BCRA “en los primeros meses su objetivo es mantener y expandir las líneas de negocios que posee el banco, e incorporar fondos líquidos de empresas relacionadas al grupo comprador” que, agregan, “conforman una facturación anual superior a ocho mil millones” y “empresas que permitan alcanzar el volumen necesario para sustentar la estructura”. Esto significará que “fondearán” el banco con recursos provenientes de los contratos de obra pública que recibe la familia Macri.
Los Calcaterra habían comenzado el proceso para quedarse con el banco en setiembre de 2015, pero tras un dictamen en contra de la procuradora Alejandra Gils Carbó y de la PROCELAC no habían conseguido la aprobación por parte del BCRA. Desde que Macri asumió, estaban esperando la resolución pero sólo la obtuvieron después de que el gobierno le garantizó a Sturzeneggerlos votos para que se aprobara su pliego en el senado.
La historia
Tal como publicó Alejandro Giuffrida en Nuestras Voces “antes de cambiar su denominación a Interfinanzas, esta entidad financiera que empezó a operar como banco de inversión en 1976, llevaba el nombre de Creditanstalt S..A y el 50% pertenecía al UniCredit Bank Austria. En 2011 se confirmó su salida del mercado local (había empezado la retirada después de la crisis de 2001) y quedó todo el capital en manos del socio argentino: San Mateo SA, perteneciente a Miguel Ángel Angelino y José María González de la Fuente”.
Si alguien conoce las denuncias y acusaciones de actividades sospechosas en el exterior del Banco Interfinanzas es la actual aliada al oficialismo Elisa Carrió. En la “Comisión Especial Investigadora sobre Hechos Ilícitos Vinculados con el Lavado de Dinero”, de la Cámara de Diputados de la Nación, de donde se desprendió un extenso informe en 2001, hay numerosas menciones a esta entidad y a su vínculo con Caimán, Uruguay y Panamá. El “informe Carrió” llevó por título ese trabajo, porque la por entonces diputada presidió la Comisión.
Se investigaron, en aquel momento, hechos sospechosos que se dieron a lo largo de toda la década del noventa, con los principales actores económicos del país, envuelto en los turbulentos procesos de privatizaciones.
El nombre Interfinanzas luego volvió a ocupar el escándalo público con una causa judicial que llegó hasta la Corte Suprema y que acusaba al banco de una estafa intermediada con las Islas Caimán a 570 personas físicas y 19 inversores institucionales de la Argentina.
Básicamente, se denunció que el Banco había recolectado ahorros de estos inversores y se los había llevado al paraíso offshore a través de una triangulación con su sede en Caimán, y que al momento de devolver el dinero los dólares se convirtieron en pesos tras la salida de la convertibilidad en 2002, con una quita de hasta el 60%.
La resolución