Agónico empate de Santamarina en tierra tucumana

En San Miguel de Tucumán Santamarima logro un empate agónico frente a San Martín. Jonatan Cháves de tiro libre empardó un partido que se había puesto cuesta arriba por la expulsión de Garcia Basso. Fue 1 a 1 en La Ciudadela ante más de 20.000 personas y un calor infernal, el equipo de Hèctor Arzubialde consiguió su tercer empate consecutivo. Ramón Lentini abrió el marcador para el local, que estiró su racha a ocho partidos sin derrotas.

El aurinegro apostó a cuidar el cero en su arco con un planteo defensivo que involucró a los once jugadores, una tendencia que se vio desde el comienzo del ciclo Arzubialde. Con esa premisa de juego y apostando al contra ataque, Santamarima pudo llegar con peligro al área del santo tucumano. Primero con Sosa por derecha tras un hermoso pase filtrado de Michel, el volante intento un disparo violento al primer palo de Taborda pero se le fue alto el remate. Luego Diego Sosa le robo la pelota a Goicoechea por el carril zurdo de la defensa Tucumana, le ubico el cuerpo por delante y cayo dentro del área. Claro penal que Guaymas, el árbitro del partido, vio afuera. Primer error del juez que en el complemento se equivocaría de la misma forma en un penal que no cobró de Aguirre a Garcia.

El operativo cerrojo de Santamarina incomodó al equipo tucumano que no podía generar peligro. Fue a los 32′ del complemento cuando empezó a gestarse el gol tucumano. Expulsado Garcia Basso por doble amarilla, Arzubialde improvisó con Gogna por izquierda tras el ingreso de Alfredo Gonzalez y Callejo a la banda derecha por Sosa. A los 39′ luego de ir para adelante en todo momento, Matias Gracia envía un centro venenoso que Papaleo cacheteó con tanta mala fortuna que la pelota le cayó en la cabeza a Lentini, quien aprovechó el regalo y lo cambió por gol. La cancha era una caldera y Santamarima estaba casi vencido.

Los partidos no se terminan hasta que el árbitro marque el centro del campo y pite su silbato. Así lo entendió el aurinegro quien después de una falta que recibió Prudencio tuvo la ultima bola de la noche. Cháves la acomodó y ejecutó fuerte al palo de Taborda. La pelota pico cerca den área chica, tomo la velocidad necesaria, e infló la red para la alegría del 10 y todo el plantel de Santamarina que logró un empate agónico en una cancha muy difícil. Tercer empate consecutivo, el equipo en levantada física y moral, y un Cháves que sacó la sortija de la calesita en la última jugada para baldear con agua fría una caldera que se apagó sobre el final.

Horacio Sobol

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