Inauguraron un monumento para homenajear a los picapedreros

Con una buena participación de público este domingo por la tarde se realizó la presentación e inauguración oficial del monumento a los picapedreros, con el que la ciudad le rindió homenaje a todas las personas que durante años se dedicaron a una de las profesiones que contribuyó en gran manera para el desarrollo de Tandil.

Aprovechando una tarde agradable las familias tandilenses se fueron acercando al Paseo de los Pioneros, el lugar elegido para emplazar la escultura diseñada por el Licenciado Fernando Pavolini «Tirso» y fundida en la empresa de Adrián Miguel.

El encuentro contó con la participación del intendente Lunghi, el senador provincial Carlos Fernández, los encargados de realizar la escultura, concejales, funcionarios municipales e integrantes de distintas colectividades.

Alrededor de 1880, Tandil, antiguo fortín de avanzada fundado por Martín Rodríguez en 1823, estaba transformando su aspecto aldeano. En 1883 llegó el ferrocarril y poco tiempo después se gestaba el embarco de piedra labrada (adoquines y cordones) para Buenos Aires.

A partir de entonces, la piedra labrada en las sierras de Tandil, adoquines, cordones, granitullo y bloques para ornamentar los edificios, inundarían diferentes ciudades del país.

Antes del descubrimiento del monumento, la profesora  Ani Meinieri realizó un pormenorizado repaso por la historia de los picapedreros, los cerros y zonas de las ciudad donde trabajaron, los métodos que utilizaban para trabajar la piedra y luego transportarla, especialmente en los lugares donde no había vías de ferrocarril.

Luego el intendente Lunghi expresó: «venimos este domingo a inaugurar mucho más que un monumento y mucho más que una obra de arte. Venimos a devolverle al paisaje de nuestra ciudad, dominado por sus antiguas sierras, el símbolo de miles de hombres que interactuaron con ellas, que fueron parte de las piedras y las rocas del Tandil profundo, y yo diría de nuestra más potente pertenencia. Venimos con un solo deseo y una sola acción: que las manos, los brazos y el corazón de aquellos trabajadores picapedreros, quienes fundaron una industria, crearon un mundo propio y a golpe de martillo esparcieron los genes de la materia más formidable de nuestra identidad cultural desde Tandil a buena parte del país, se abracen nuevamente al granito milenario serrano, para volver a ser, la piedra y el picapedrero, un mismo ser».

«En este monumento descansa la memoria viva de aquellos trabajadores y pioneros inmigrantes, algunos más conocidos, otros más anónimos, que dejaron aquí la sangre, el sudor y las lágrimas de lunes a lunes, de sol a sol, en la titánica tarea de cortar esa piedra con que se adoquinaron nuestras primeras 40 calles, en principio, y luego con otras rocas usadas para construir viviendas, puertos y edificios públicos. Todo ese legado salió de aquí. Del vientre de nuestro paisaje y de cada átomo que habitó el cuerpo y el alma de los miles de trabajadores picapedreros que hoy homenajeamos», agregó.

El jefe comunal continuó diciendo: «también reivindicamos en este monumento al hombre que lucha no sólo por sí mismo sino también y sobre todo por el otro. Reivindicamos las ideas de solidaridad, de fraternidad entre los trabajadores y sus familias, y aquellas luchas obreras que clamaban por un mundo más justo y más humano. Cada golpe de martillo contra la piedra también significaba un pedido de equidad en las duras condiciones laborales que debieron afrontar, allí donde construyeron su historia y su tiempo. Por todo ello creo que este domingo estamos inaugurando mucho más que alguno de los tantos monumentos que podemos ver en el paisaje cotidiano. En el alma de esta escultura brilla el fulgor laborioso e inclaudicable de aquellos trabajadores picapedreros que así como fueron capaces de hacer un mundo propio, también compartieron en el valle de la tandilidad las costumbres y los rituales de sus tierras de origen».

«Ellos también, como tantos otros inmigrantes, bajaron de los barcos dejando una patria atrás, o llevándola en el escaso equipaje que trajeron pues casi todos llegaron con lo puesto. Ellos también fueron los hacedores de un Tandil babélico y plural, y su memoria es la memoria de todas aquellas colectividades que nos representan. Es la memoria de los españoles, de los lituanos, de los montenegrinos, de los italianos, de los croatas, de los portugueses, por citar las colectividades más conocidas con que se formó el llamado mundo de las canteras», señaló.

Finalmente agradeció al escultor Fernando Pavolini, Tirso, que diseñó la obra y al empresario Adrián Miguel, que se encargó de fundir la obra.

Tras los discursos llegó el momento esperado de presentar la escultura en sociedad, que fue descubierta ante el aplauso y reconocimiento de todos los presentes.

La tarde culminó con la presentación de la Banda Municipal de Música y el grupo Alazanes, acompañado por integrante de la Peña El Cielito, que le pusieron folklore a la jornada.

Al mismo tiempo quienes se acercaron pudieron disfrutar de diferentes productos regionales que se ofrecieron en el lugar.

Redaccion

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