Santamarina volvió de Mataderos con un 3-0 en contra y sigue inmerso en una racha de partidos con rendimientos bajos de sus jugadores, en lo colectivo y en lo individual. De los últimos ocho partidos en la segunda división del fútbol argentino el aurinegro solo obtuvo un triunfo, el 4-1 ante el último de la tabla de posiciones, el saldo lo completan cinco derrotas y dos pardas. El andar de un equipo que viene golpeado desde lo anímico y fundamentalmente desde lo que genera en el verde césped abre el interrogante sobre la continuidad del cuerpo técnico, como así también, la decisión de sus directivos de afrontar un torneo (extra large) con jugadores que aún están en formación y otros que no dan la talla de la categoría.
La poca presión popular que tiene el equipo, en una ciudad donde ya no se respira fútbol como en décadas de antaño, puede figurar alto en el ranking de causas por la cual Pablo Bossio, Presidente de la institución, insistió en que el siempre famoso campeonato económico de los clubes tenga lugar en Tandil. La vara alta que dejó un equipo con muchos referentes y que por un penal no consiguió un histórico ascenso a la primera división, aún se encuentra presente en los pasillos del San Martín. Eso se nota en cada declaración post partido de Mauricio Nosei, quien siempre resalta que hoy se tiene que acomodar con lo que tiene. Un plantel corto en jugadores de trayectoria en una categoría que siempre los necesita, con muchos chicos que están terminando su etapa de formación y con incorporaciones que llegaron hace un año que nunca promocionaron ninguna materia dentro de la cancha.
Nueva Chicago en el República de Mataderos fue dominador absoluto del primer tiempo. Salió con ganas de pasar por encima al rival, un sistema ofensivo que ahogaba a Santamarina contra su campo, con cuatro delanteros jugando mano a mano y no dejando mover la última línea aurinegra.
Fueron siete situaciones claras de gol, pero más allá de las malas definiciones de Aranda, Vivas o la doble tapada milagrosa de Papaleo en una misma jugada ante Nequecaur y Cardozo, el que iba a abrir el partido con su exquisita e histórica pegada era Christian Gómez. El 10 ubicó la pelota para un tiro libre a 25 metros del arco. Midió el tiro y sacó un derechazo con potencia y direccion al ángulo superior izquierdo de Papaleo. Clase y calidad para el ídolo verdinegro que abría el partido y le ponía justicia ante tanta impericia para definirlo antes.
En el complemento un cabezazo de Piñero en el caño derecho del arco local generó la idea de que Santamarina estaba a tiro de un empate que no merecía. Sin embargo nuevamente gomito fue quien se encargó de estirar el resultado para que el tren definitivamente se vaya de la estación de Mataderos. 2-0 después de un remate bien colocado luego de que Aguirre deje picando una pelota a la salida de la medialuna. Finalizando el partido llegó el tercero con un contraataque modelo, pase filtrado, gambeta estilo brasilera y el gol de Melo que hacia delirar a las 8000 almas que se acercaron al República de Mataderos.
En campeonato está llegando a su primer cuarto de partidos y Santamarina no logra despegar de los últimos puestos en la tabla ni mucho menos generar ese funcionamiento individual y colectivo que necesita un equipo para tener mejores chances de ganarle al rival. Serán semanas de interrogantes en los pasillos del Estadio San Martín que en el capitulo 15 tiene la visita del puntero Argentinos Juniors. Siempre de las malas rachas se sale jugando a los toques, asumiendo riesgos y retomando la confianza grupal. Resolviendo bien esas ecuaciones cualquier plantel revierte los malos resultados, de tener dificultades en las matemáticas siempre el que paga con rojo en el boletín de calificaciones es la cabeza del grupo, aunque siempre es valioso recordar que un club lo trabajan entre todos.