Municipio y la Unicen presentaron trabajo conjunto en un espacio tecnológico para no videntes

Esta mañana en conferencia de prensa se conocieron los detalles del acuerdo entre el Municipio de Tandil, la Facultad de Ciencias Exactas de Unicen y la Asociación de ayuda al no vidente (APRONOVID), mediante el cual se crea un espacio de tecnología adaptada para personas ciegas o con visión reducida, en el Centro Comunitario del barrio Metalúrgico.

Silvia Marzoratti, la directora del Programa de Educación Tecnológica para la Integración Escolar y Social (PETIEyS), contó que desde el 2008 se trabaja en conjunto en capacitaciones y talleres de informática, pero a partir del nuevo convenio se amplían los servicios al dictado de un curso de Herramientas Tecnológicas para personas no videntes.

Por su parte Susana González, coordinadora de Centros Comunitarios el Municipio de Tandil, explicó la participación de la Secretaria de Desarrollo Social en el trabajo diario del proyecto: «Cuando la presentaron nos pareció una idea sumamente innovadora, que valía la pena acompañar. Por eso desde el mes de agosto adaptamos un lugar en el Centro Comunitario del barrio Metalúrgico, que ya venía trabajando con diez computadoras en las iniciativas y proveemos de herramientas para el desarrollo de las clases», afirmó.

El responsable del proyecto es Sebastián Barbieri, quien contó que durante el 2015 acercó a APRONOVID otra de las propuestas de la facultad, el proyecto Retho de recuperación de rezagos informáticos: «A partir de esa interacción generamos un vínculo en el que nos transmitieron sus necesidades. Eso derivo en acercarnos al Municipio y desde entonces estamos trabajando juntos en esta propuesta pedagógica».

Barbieri contó que su trabajo consiste en adaptar el sistema operativo de las computadoras, teniendo en cuenta que quienes las usan lo hacen a través de distintos sentidos a los que habitualmente se ponen en práctica; especialmente el sonido. «Este fue un trabajo entre todos; desde la adaptación de las maquinas, la elección del espacio físico y los requerimientos de los usuarios y seguimos caminando en ese sentido», expresó.

Finalmente. Amilcar Mendoza, presidente de APRONOVID y alumno de las clases de informática para no videntes aseguró que todos en la asociación celebran la concreción del sueño: «Nosotros sentíamos la necesidad de utilizar las computación y acercarnos a la informática y estamos muy entusiasmados», aseguró luego de agradecer la paciencia de los profesores; Cesar Biset y Sebastián Duana.

La novedosa propuesta de inclusión comenzó este año una experiencia piloto que hoy se concreta formalmente con la firma del convenio; que ya está funcionando a pleno en el Centro Comunitario del barrio Metalúrgico, que depende de la Dirección de Acción Comunitaria de la Secretaría de Desarrollo Social Municipal.

Las diez computadoras con las que cuenta este centro tecnológico fueron específicamente configuradas para entornos educativos y para ser utilizadas por personas con discapacidad visual; ya que fueron reacondicionadas por el Programa REHTO ambiental (reutilización de hardware tecnológicamente obsoleto) y adaptadas por el Programa de Educación Tecnológica para la Integración Escolar y Social (PETIEyS).

El Centro Tecnológico Comunitario del barrio Metalúrgico fue creado en el año 2008, a través de un convenio marco entre la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y la Secretaría de Desarrollo Social del Municipio de Tandil. Al cabo de estos años han adquirido conocimientos en informática un importante número de vecinos de la comunidad distribuidos en diferentes cursos y grupos etarios.

En él se han capacitado alrededor de 500 alumnos entre niños, adolescentes, adultos y adultos mayores, quienes han recibido conocimientos tanto básicos como especializados en informática, pudiendo así reducir la brecha digital y permitiendo inclusión tecnológica y social.

Durante la presentación ante la prensa una de las gestoras de la iniciativa; la bibliotecaria de APRONOVID, Ana Inés Córdoba, junto a Lorena Galmán, trabajadora Social del Centro Comunitario y docentes del proyecto.

Todos coincidieron en señalar que los alumnos aprenden a dominar ciertas herramientas de comunicación a través de internet, correo electrónico, chat, redes sociales, que les permite promover su vinculación e interacción digital y prepararlos para los requerimientos de un mundo cada vez más pendiente de ello.

Redaccion

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