Locales partidarios, un espacio que pocos utilizan luego de las campañas electorales

Muchas veces escuchamos decir a los políticos, o a los viejos militantes, que los locales partidarios deberían volver a ser lo que fueron: un lugar de encuentro, de discusión y de participación política y social que aporte contenido a las estructuras para mejorar la calidad democrática.

Lo cierto es que desde hace más de una década se vive en nuestro país eso que llamamos “la crisis de los partidos políticos”, o lo que otros pueden considerar un reacomodamiento de los mismos. Pero la verdad es que así como los partidos funcionaron durante el siglo XX, lo hicieron en un contexto totalmente diferente a la realidad actual.

La voraz revolución de las tecnologías de la información y la comunicación que se vivió en los últimos 20 años a nivel mundial arrasó, entre otras cosas, con la forma tradicional de discusión política, permitiendo a militantes y simpatizantes de las diferentes corrientes participar de acaloradas discusiones sin tener que moverse de la comodidad de un sillón familiar, con una notebook o un teléfono celular en mano.

En nuestra ciudad sin ir más lejos es posible apreciar actividad partidaria en solo un puñado de partidos o agrupaciones, sobre todo en los que mantienen y promueven la militancia joven y forman cuadros para el futuro como es el caso de La Cámpora, el Movimiento Evita, el Socialismo con su Casa del Pueblo, Patria Grande o la gobernante UCR, que a pesar de sufrir la crisis identitaria a nivel nacional, en el plano local mantiene un espacio activo, quizá impulsado por los 13 años de gobierno municipal.

Otros sellos, en cambio, aparecen de un día para el otro durante las campañas electorales o tienen los espacios todo el año pero cerrados y con escaso movimiento o participación: el Centro de Estudios Néstor Kirchner por ejemplo, tiene en la actualidad un cartel de alquiler; el PRO, con su local de calle Alem, desapareció después de las elecciones; el local del Frente Renovador con la cara de Raúl Escudero ya no es tal. El GEN, otras corrientes del Socialismo, el Frente Renovador de Beatriz Fernández y otros etcéteras solo mantienen sus espacios durante la temporada alta de proselitismo.

Finalmente el Partido Justicialista es un caso particular. Presidido por Diego Bossio, en la actualidad cursan sus estudios un grupo de alumnos del Plan FinEs, y no hay demasiada actividad.

De hecho, el rumor que circuló por el ambiente político fue que en su última visita a Tandil hace un par de semanas atrás, el Diputado Nacional y presidente del partido fue increpado por algunos afiliados, justamente pidiendo más participación y utilización de las instalaciones: según las versiones, el ex jefe de Anses habría contestado que si lo quieren usar que derriben la puerta y entren.

Más allá de lo anecdótico, el resultado está a la vista: las agrupaciones y partidos que mantienen sus locales abiertos con gente circulando, reuniéndose y participando de la militancia, son justamente los que pueden hallarse en las calles y en los medios de comunicación discutiendo permanentemente los temas de actualidad de la ciudad, proponiendo soluciones y debatiendo. Eso no es casualidad.

Por ese motivo, cuando escuchamos a los viejos militantes o a los políticos avezados reclamar participación en los partidos políticos, lo que reclaman es un mayor compromiso ciudadano con la realidad que nos toca vivir y una responsabilidad para quienes conducen los espacios de trabajar para habilitar esos lugares y convocar a sus seguidores a mejorar la calidad democrática durante todo el año y todos los años. Porque si los locales, por más bonitos que sean, son habilitados solo para las campañas políticas, eso que se reclama no va a suceder y las consecuencias están a la vista.

Redaccion

Un comentario en «Locales partidarios, un espacio que pocos utilizan luego de las campañas electorales»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba