¿Quién iba a decir que después de 2000 rondas por la memoria, tras procesos judiciales a genocidas y cómplices civiles y de una fuerte política a favor de los Derechos Humanos reconocida mundialmente, íbamos a tener que acudir nuevamente a las Plazas para resaltar y resguardar el trabajo incansable de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo?
Solo en la Argentina de Mauricio Macri es posible. Donde el Presidente, suelto de palabras, duda de cifras de los desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar. Donde el Poder Judicial, amparado por el poder político, persigue a referentes de los derechos humanos. Solo en ese contexto, es posible entender lo que pasa.
Ayer, en la tarde-noche de Tandil, más de 500 personas se reunieron alrededor de la pirámide de la Plaza Independencia convocados por la Agrupación Memoria por la Vida en Democracia. Participaron agrupaciones de DDHH, sociales, políticas, concejales y la comunidad en su conjunto.
Petra Marzocca, una de las referentes de la Agrupación Memoria por la Vida en Democracia, leyó el documento luego de realizarse la tradicional ronda alrededor de la Pirámide.
Bastó que les dijeran que debían circular y no podía hacer reuniones de más de dos personas, para que iniciaran las marchas y rondas en plaza de mayo. Este espíritu. Esa llama encendida despertó la necesidad de memoria verdad y justicia. No solo en el corazón de la mayoría del pueblo argentino.
Las Políticas de derechos humanos de los últimos doce años supieron reconocer y transformaron políticas de estado al reclamo de las organizaciones de derechos humanos. Ellas, con firmeza y dignidad lucharon muchos años en soledad. Su generación se reconoce como hijos de esas madres. La gestión anterior, luego de pedir perdón en nombre del estado, asumieron la responsabilidad de desarrollar políticas reparatorias para víctimas y familiares. Se consiguieron los Juicios de Lesa Humanidad donde se condenaba a más de 500 genocidas, algo que fue reconocido a nivel mundial por todos los organismos internacionales y de derechos humanos.
De esta manera nos dieron la posibilidad de construir la memoria colectiva del pasado reciente, necesaria como base fundacional de una democracia.
El actual gobierno desconociendo los derechos humanos, niega el derecho al trabajo como derecho fundamental y genera políticas de ajuste económica, persecución, desocupación, represión y reclamos, la protesta social socaba y amenaza lo avanzado en derechos, en inclusión de los sectores más vulnerables. Sin represión y sin violación de los derechos humanos este modelo no se sostiene.
Estamos en la plaza del pueblo, las madres son parte de esta memoria colectiva, lucharon por una patria justa libre solidaria e inclusiva a pesar del dolor. Nunca perdimos ni perderemos las esperanzas, no sabemos de imposibles