Este lunes por la mañana se precipitaron las decisiones en la empresa Loimar, luego de que el viernes último el gerente de Recursos Humanos había prometido a los trabajadores que pasado el fin de semana cobrarían la quincena porque les correspondía, y hasta les indicaron que habían comenzado a hacer la liquidación de los sueldos.
La empresa ya había decidido despedir a 10 de sus 81 trabajadores y de suspender por 60 días a otros 31, lo que configuraba una reducción del 50 por ciento. Por tal motivo el sindicato de ladrilleros con José Goñi a la cabeza habían comenzado una protesta en la puerta que se extiende hasta hoy.
Esta mañana, en lugar de recibir la quincena que les corresponde, los trabajadores comenzaron a advertir que los telegramas de despido estaban llegando a más obreros, muchos de los cuales ya habían suspendido e incluso a un delegado sindical, por lo que sospechan que la planta está preparando el cierre definitivo.
La carta que comenzó a llegar hoy a oprarios que estaban suspendidos, aunque fechada el viernes, indica que «ante las medidas de fuerza adoptadas por el personal, que impide el ingreso a la planta industrial, provocando la imposibilidad de producir, se deja sin efecto la suspensión aplicada y encuadrando la situación en las disposiciones del art. 247 y concordantes de la LCT a partir de la fecha queda despedido atento al cierre del establecimiento por l cesación total de actividades, por causa no imputable al empleador».
Con esa carta, la empresa de la familia Loitegui deja en claro que los despidos serán masivos y además que buscarán deslindarse de las responsabilidades laborales culpando a los trabajadores por el cese de actividades, además de que cerrarán la fábrica.
Resta saber qué sucederá mañana martes en Capital Federal, cuando los sindicalistas acudan a las oficinas de la secretaría de Trabajo de la Nación a una reunión convocada para las 14 horas, donde esperan verse las caras con los dueños de la firma y el funcionario nacional que corresponda.
