“Intereses ciegos tus aguas tiñeron y quien vive ahí se está muriendo”, dice la canción del grupo de reggae Nonpalidece y es exactamente lo que denuncian los vecinos del paraje La Porteña, por la fumigación con glifosato en un terreno lindero a la escuela primaria N°33.
Se trata de un terreno que está a tan solo un metro de la escuela, situada en el kilómetro 122 de la Ruta 30, y los únicos afectados no serían los estudiantes ni el personal del establecimiento, sino también las familias que viven en los alrededores.
A través de la ordenanza 219/11, el Municipio exige que en caso de tener que llevar adelante fumigaciones a menos de 150 metros de las viviendas, el productor debe informar con 24 horas de anticipación ante las autoridades, presentar el plano de la zona e información sobre el químico que se usará.
Ante la denuncia vecinal, Ignacio Diribarne. Director de Asuntos Agrarios del Municipio, el Director de Medio Ambiente y la responsable de la oficina de Agroindustria en Tandil, se hicieron presentes en el campo mencionado y no constataron irregularidades, respecto de la reglamentación vigente.
Finalmente, y contrario a lo que denunciaron, el titular de la Dirección de Asuntos Agrarios señaló al matutino La Voz que «se constató que la aplicación fue a 200 metros de la escuela 33, aunque la siembra del cultivo llega casi al lado de la escuela, que tal vez eso se presta a confusión, pero no se aplicó ahí. Tendría que haber dejado 150 metros y dejó un poco más».
