¿Por qué el Intendente Lunghi quiere que Macri continúe cuatro años más?

Por Marcos Aguilera

Desde que asumió el gobierno municipal hace 16 años, Miguel Lunghi se construyó a sí mismo como una figura paternalista que siempre hizo gala de poner el acento en la gestión. Quizás por eso entiende que no debe dar demasiadas explicaciones de porque los tandilenses deberían volver a elegirlo. Su slogan de campaña “sobran los motivos” es una apuesta que transita riesgosamente entre los márgenes de la autosuficiencia y una cierta cuota de soberbia naturalizada. Resulta difícil resistirse a la tentación de completar la frase que inevitablemente remite a aquella vieja canción de Joaquín Sabina: “para decir con dios [adiós] a los dos nos sobran los motivos”

En sus cuatro mandatos consecutivos que lo posicionan como uno de los más antiguos jefes comunales de la provincia, un verdadero barón del interior bonaerense que no tiene nada que envidiarle a esos eternos intendentes justicialistas del conurbano, Lunghi se ha mostrado como un hábil administrador tanto de las tensiones políticas que habitan al interior de su espacio partidario como de los recursos económicos que bajaban desde la órbita nacional y provincial en tiempos de gobiernos con otro signo político. En 16 años el presupuesto municipal creció un 9.300%, pasando de $ 37 millones en el año 2003 a $ 3.500 millones en 2019. Por su parte, el presupuesto de la UNICEN – una enorme masa salarial que gran parte se vuelca en forma de consumo en nuestra ciudad – tiene un presupuesto asignado para 2019 que no supera los $ 1.900

Tratar de entender por qué Miguel Lunghi quiere que Macri continúe al frente del gobierno nacional no es una pregunta retórica ni un interrogante capcioso. Aún si el Intendente abrigara el absoluto convencimiento de imponerse por quinta vez para gobernar durante 20 años Tandil ¿de qué le serviría a Lunghi – y a todos los tandilenses – un gobierno que lo obligaría a seguir una política de ajuste permanente, de recorte de derechos y beneficios sociales, sin perspectivas reales de generar empleo genuino, con un mercado interno deprimido y sin actividad económica?  Conocer en profundidad las razones por las que Lunghi defiende e impulsa que Macri vaya por un nuevo mandato, es uno de los interrogantes que debería estar en la oferta de preguntas y respuestas que el electorado tandilense merece conocer.

Porque, es cierto, los diferentes periodos de gobiernos lunghistas (2003-2007; 2007-2011; 2011-2015 y 2015-2019) no fueron todos iguales. En los tres primeros mandatos, al margen de los matices y las opiniones,  el gobierno comunal estuvo acompañado por un gobierno nacional y provincial que había decidido impulsar una fuerte política de ampliación de derechos, de generación de trabajo, de impulso a la industria nacional y de sostenimiento de la demanda agregada para fortalecer el mercado interno. Los créditos para el consumo, las cuotas sin interés, los créditos blandos para comprar  tanto la vivienda única familiar, como el primer auto, hacer una reforma edilicia o adquirir bienes de capital. La moratoria para incluir millones de jubilados y jubiladas al sistema previsional, los derechos para niños, niñas y adolescentes a través de la AUH, Progresar y Conectar Igualdad; los programas de empleo “Ellas Hacen” y “Argentina Trabaja”; el desarrollo y la infraestructura de nuestra Universidad Nacional del Centro con infraestructura habitacional para residentes y una Biblioteca Central que es modelo en la provincia de Buenos Aires. Las obras de infraestructura del Ramal H; la red de cloacas en Villa Aguirre; el Desarrollo Urbanístico del PROCREAR con 628 viviendas a estrenar; el complejo educativo Arco Iris con jardín, primaria y secundaria; el Jardín de Infantes de Azucena. En materia financiera se sumaron a las arcas municipales los recursos coparticipables del Fondo Federal Solidario y el Fondo de Financiamiento Educativo para ampliar los márgenes de autonomía económica de los municipios.  Independientemente de las opiniones – siempre respetables – que se pueda tener sobre la ejecución de esas políticas públicas, lo cierto es que se trata de decisiones políticas objetivas que beneficiaron a nuestra ciudad antes que Macri asuma la conducción de los destinos del gobierno nacional.

 

¿De qué le serviría a Lunghi – y a todos los tandilenses – un gobierno que lo obligaría a seguir una política de ajuste permanente, de recorte de derechos y beneficios sociales, sin perspectivas reales de generar empleo genuino, con un mercado interno deprimido y sin actividad económica?  Conocer en profundidad las razones por las que Miguel Lunghi defiende e impulsa que Macri vaya por un nuevo mandato, es uno de los interrogantes que debería estar en la oferta de preguntas y respuestas que el electorado tandilense merece conocer.

 

Con Cambiemos en el poder los últimos 4 años del gobierno municipal de Lunghi han sido, francamente, de un retroceso indisimulable. Y aunque está claro que no todas las responsabilidades son potestad exclusiva del Jefe Comunal, tampoco es menos cierto que se nota el desgaste de una gestión acostumbrada a administrar en contextos de cierto crecimiento económico antes que en procesos de recesión e inflación descontrolada. Los diputados tandilenses Carlos Fernández y Josefina Mendoza votaron en la Cámara de Diputados a favor de bajar los ingresos de los jubilados y jubiladas cuando aprobaron la Reforma Previsional en diciembre de 2017, días después que la fuerza macrista logrará imponerse ajustadamente en las elecciones de medio término de ese año.

Al margen del entendible coro oficialista de funcionarios, medios y periodistas afines que continúan impulsando el relato de una – a esta altura demostrada – ficticia pesada herencia, lo cierto es que según datos oficiales la Argentina aumentó 2,7% su PBI en 2015, último año de gestión del gobierno anterior. La conclusión más rápida que habilita esa lectura es que Tandil no es una isla, por más que se busque imponer esa idea.

En los últimos cuatro años nuestra ciudad fue testigo del cierre de industrias, empresas y comercios, muchos de ellos emblemáticos. Miles de trabajadores y trabajadoras quedaron en la calle ante la mirada impávida de una gestión municipal que se advierte a sí misma lenta de reflejos. Cerró Metalúrgica Tandil; Río Paraná; Musimundo; Lucaioli; Tiendas La Capital y el servicio ferroviario que unía nuestra ciudad con Buenos Aires; entre otros.

En relación a los recursos coparticipables, en 2018 se eliminó el Fondo Federal Solidario, creado con fines específicos y que “bajaba” directamente a los municipios, recortando más de 1000 millones de pesos a los distritos bonaerenses. Tandil no fue la excepción. En términos reales los desembolsos del Fondo de Financiamiento Educativo – subejecutados por el gobierno local – fueron menores en comparación con la inflación que arroja la gestión de Cambiemos y que ya supera el 200%. Respecto de las urbanizaciones que se anunciaron con bombos y platillos para Maggiori, Tropezón y Movediza, estuvieron más de dos años sin lograr avances significativos. Transcurrido el tiempo de obra proyectado y con la ecuación económica hecha añicos producto de la devaluación y la inflación, el municipio solicitó la redeterminación de precios de la obra al Ministerio del Interior y les fue denegada.

En nuestra ciudad Cambiemos es Lunghi pero también es Macri. Al margen del natural compromiso que exige una alianza electoral de cualquier tipo y de cierta disciplina partidaria cuando se disputa el poder público, los tandilenses deberíamos poder escuchar de boca del Intendente cuales son, a su criterio, las mejoras y los beneficios que la gestión de Mauricio Macri le viene dejando al conjunto de las y los tandilenses como para que volvamos a confiarle un nuevo mandato.

Marcos Aguilera

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