El jefe de Diputados PRO dejó su cargo y se va a EEUU

En un Congreso vacío y con la mayoría de los legisladores en campaña, una semana antes de las elecciones Mauricio Macri tuvo que cambiar el jefe de su bloque en Diputados porque se tomó licencia Nicolás Massot, para empezar a cursar el lunes un master sobre relaciones internacionales en la Universidad de Yale.

Lo reemplazará Álvaro González, cercano a Horacio Rodríguez Larreta, por ser el vicejefe de la bancada, que en sus últimas reuniones tuvo muchas fricciones entre sus miembros por falta de conducción y de agenda, ante la decisión del Gobierno de cerrar el recinto durante la campaña electoral.

No hay mucha expectativa de reactivarlo en el resto del año y si bien Macri debe enviar el presupuesto el 15 de septiembre, es costumbre en los años electorales votarlo después del 10 de diciembre, con una nueva composición del Congreso.

«Voy a tratar de estar a la altura de las circunstancias y si es necesario intentaré trabajar con los otros bloques para tener un instrumento como el presupuesto», anticipó González a LPO. La próxima sesión prevista sería para tratar la ley de ficha limpia, que prohíbe candidatos condenados por corrupcióny se debatirá este martes en comisiones.

Massot aplicó en la beca por recomendación de Martín Lousteau, ahora candidato a senador de Juntos por el Cambio. Superó una serie de entrevistas vía skipe y fue uno de los 16 seleccionados en marzo para cursar en los últimos meses del año.

Ni bien fue notificado, aclaró en la Casa Rosada que no viajaría si necesitaban su voto en el recinto y, por si acaso, tomó licencia y no renunció para dejar la puerta abierta a un retorno forzado que nadie imagina.

Eran días de devaluación permanente, con Macri cada vez más abajo en las encuestas y Marcos Peña le pidió quedarse en su banca si Emilio Monzó lograba ser el nuevo embajador de España. Hasta lo sugirió como su reemplazante temporal, con Rogelio Frigerio de testigo.

Pero el presidente atrincheró a Monzó en su sillón y recién después de excluirlo de las listas legislativas retomó la negociación para nombrarlo como representante en Madrid en diciembre, si consigue su reelección.

Massot no tuvo mejor suerte: quedó fuera de las decisiones en Córdoba e intercambió insultos con Carrió tras la apabullante derrota de los radicales Mario Negri y Ramón Mestre.

Su último encuentro con Peña fue antes de su visita al recinto para brindar el informe de gestión, una sesión que terminó con un reto suyo a todo el sistema político por no alcanzar consensos. El jefe de Gabinete lo tomó personal, se retiró molesto por y lo siguieron algunos diputados del PRO, como Alejandro García.

Ante la imposibilidad de reunir al bloque, esta mañana Massot informó al grupo de chat interno que serían sus últimos días en el Congreso y que a la mayoría no volvería a verlos por un buen tiempo, o tal vez nunca.

Desde Yale le advirtieron que lo esperarían hasta el lunes 12 y que la mayoría de sus compañeros ya están subrayando apuntes en las aulas. El domingo llegará a Estados Unidos, o sea, no podrá votar en las primarias.

Al mediodía, confirmó este itinerario en un almuerzo con otros diputados cercanos como Waldo Wolff, Marcelo Wechsler, Hernán Berisso, Daniel Lipovetzky y Luciano Laspina. Todos conocían de su partida.

El bloque no quedó bien tras la última sesión, cuando se votó a mano alzada el pliego de Marisa Graham como defensora del niño por gestión de los verdes, como se conocen a los defensores del aborto legal.

Los detractores de esa ley, los celestes, esperaban hablar en el recinto y firmaron una solicitada contra Monzó por quedarse sin la palabra, un conflicto en puerta que González deberá resolver cuando reúna a sus flamantes dirigidos.

Massot nunca se preocupó demasiado por contener a sus diputados porque la mayoría tenía llegada propia a ministros y secretarios de Estado. Su rol, por indicación de Monzó, fue negociar con las otras bancadas los votos para aprobar leyes claves, como las sancionadas en los primeros años de Gobierno.

En su ausencia, tomaron relieve otras figuras como Silvia Lospennato, secretaria parlamentaria, un cargo que siempre aporta poder porque consiste en seguir de cerca la agenda legislativa y, si es necesario, pisar expedientes perdidos capaces de ocasionar algún problema inesperado en comisiones. María Eugenia Vidal la reconoció con el cuarto lugar en la lista de la provincia de Buenos Aires, más que suficiente para garantizarle su banca hasta 2023.

Otros que se hicieron sentir en las reuniones fueron Carmen Polledo, muy amiga de Macri y siempre en la lista para ocupar cargos relevantes; y Ezequiel Fernández Langan, los ojos y la voz de Peña en la Cámara de Diputados. Fue uno de los más molestos tras la última sesión, por el voto apurado a Graham y por no haber tenido quórum para votar un acuerdo de inversiones del Mercosur.

Massot cursará hasta diciembre en Yale y luego retornará al país pero sin carrera política por delante. Planea crear junto a Monzó una consultora en gestión de intereses, mal llamado lobby, para hacer valer su experiencia en negociación política de estos años, no siempre reconocida en la quinta de Olivos. Tal es así, que lo dejaron ir.

Fuente: La Política Online

Redaccion

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