El dilema de operar políticamente para forzar la verdad y los hechos

Como dijo el gran pensador alemán Erich Fromm hay que desconfiar de aquellas personas que se autoadjudican la condición de autoridades morales, porque asumen una superioridad que les permite ser, sin que nadie las haya elegido para esa función, jueces de sus semejantes.

Pero además también nos enseñó Fromm que la mayor división entre los seres humanos no es entre buenos y malos o entre izquierdistas y derechistas, sino entre aquellos que respetan la vida y entre quienes se sienten atraídos por la muerte, a estos últimos los calificaba de necrófilos.

Carrió encaja perfectamente en esas dos definiciones del pensador mencionado, es necrófila y ha incursionado en la política tratando de erigirse en una especie de oráculo de la honestidad que en los últimos tres años ha quedado claramente desmentido por su complicidad con la enorme corrupción macrista.

Como hemos podido constatar en estos tiempos que corren en que un sector judicial devino en una verdadera mafia, sabemos que aquellos que primero se convierten en fiscales de la república, luego pasan a ser muy selectivos con sus denuncias y terminan siendo unos meros extorsionadores, que ocultan y apañan la corrupción de sus amigos, Carrió es la mayor exponente de este proceder infame.

Protegida por las corporaciones mediáticas, concediendo reportajes protectores, Carrió no puede enfrentarse a un solo periodista que pueda hacer honor a esa profesión, por eso sólo aparece en los programas favorecidos por la pauta oficial y conducidos por notorios mercenarios al servicio de los poderosos.

Recordemos su estrafalario invento del comando iraní-venezolano-kirchnerista que habría matado al suicidado fiscal Nisman, ahora su afiebrada inventiva la llevó a decir que desde las cárceles se pueden armar operaciones para poner en aprietos a su socio el fiscal de las extorsiones o que Marcelo D’Allesio con quién ella mantenía cordiales relaciones resultó ser de La Cámpora.

Para defender a Stornelli, Carrió no dudó en recurrir a escuchas ilegales, mostrando sus vínculos con los servicios de inteligencia, pero también quedó al descubierto su relación con el falso abogado Marcelo D’Allesio, agente de los Estados Unidos, cuestión que no debería sorprender porque Carrió siempre actuó en defensa de los intereses de los Estados Unidos.

Tanto Bonadío, como Stornelli y Carrió, los tres son sumisos actores al servicio de la potencia del Norte que en este momento se halla a cargo de un peligroso desquiciado que amenaza diariamente a nuestra hermana Venezuela, desquicio que se contagia al Poder Judicial nativo que se encuentra absolutamente colonizado por la embajada de ese país.

Carrió no está loca, a veces se hace con la finalidad de ocultar a sus verdaderos amos, que son las corporaciones e intereses foráneos como la embajada mencionada, como dijimos varias veces la política es bastante sencilla o se sirve a los oprimidos o a los opresores, quienes siguen el segundo camino deben apelar a algunos recursos que oculten sus intenciones, para disimularlo Carrió apela reiteradamente a la sobreactuación, simulando cierto desequilibro.

Dentro de esta farsa está la de presentarse como adalid de la decencia, pero a esta altura, no caben dudas que su principal función radica en defender y salvar a los mayores delincuentes y corruptos de este país, y que no son meros ladrones de gallinas sino distinguidos ladrones de guantes blancos, con múltiples cuentas en paraísos fiscales, y que por estos tiempos tienen sus valijas listas porque si tienen que partir de manera rauda.

Pero hay otra cualidad de Carrió que a veces pasa desapercibida, aunque no fue así para el periodista Gustavo Mayares del sitio diarioregistrado.com que el 4 de septiembre de 2018 escribió un artículo titulado “La pulsión de muerte de Elisa Carrió”.

El periodista dice lo siguiente “En Elisa Carrió, la pulsión de muerte o destrucción –hacia adentro y hacia afuera respectivamente– parece preponderar, al menos en lo que respecta a sus declaraciones públicas.”

Y agrega: “Matar y morir son verbos que la diputada macrista no deja de pronunciar en cuanta ocasión se le presenta; son palabras de las que viene abusando desde hace algunas semanas, especialmente desde que el gobierno que ha ayudado a levantar muestra señales de deterioro prematuro”.

Mayares recuerda dos declaraciones “Si quieren hacer el golpe, a Macri y a mí nos van a sacar muertos de la Casa Rosada”, sostuvo ante un auditorio de empresarios de CAME.
Y también afirmó irresponsablemente: “Sería divino (Luis) D’Elía matándome a mí”, le dijo a su socio Joaquín Morales Solá en TN, donde parece tener una cama a su disposición.

Nosotros podríamos agregar que en pleno conflicto con las patronales del campo Carrió recordó que a los Kirchner la gente en la calle “los quiere matar”, en el 2008 también dijo: “Cristina podría quedar viuda, sería divino”.

Cuando murió Kirchner dijo que los espontáneos homenajes en su memoria habían sido escenificados por Fuerza Bruta, mostrando un odio que sin duda está acompañado por una cuota enorme de envidia, porque nunca llegará a conseguir los logros que obtuvo Néstor Kirchner en su gestión municipal, provincial y nacional, recordemos que nunca fue elegida para un cargo en el que deba gestionar.

Cuando Elisa Carrió empezó a ser conocida tenía ideas que podrían ser identificadas como de centro izquierda, a la vez que no mostraba demasiada preocupación por su aspecto personal, en la medida que se fue derechizando comenzó a utilizar maquillaje, mejores ropas y a vacacionar en Punta del Este, lo cual también fue un símbolo de que con el maquillaje y su nuevo ropaje pretendía disimular su conversión en un instrumento de los poderosos.

Ha sido ella la principal promotora del odio en amplios sectores de clase media que azuzados por sus falsas y ridículas denuncias fueron presa de una rabia que los cegaba y que les impedía ver que esas denuncias no eran otra cosa que infames calumnias, ocultando los intereses que estaba defendiendo, cuando en verdad estaba promoviendo la verdadera corrupción al silenciar las trapisondas de los grandes mercaderes para mostrar apenas a atracadores menores.

Los últimos acontecimientos han dejado en evidencia la mafia judicial que ha tenido a Carrió como su principal sostenedora, cuando Argentina vuelva a tener Poder Judicial, esta profeta del odio deberá rendir cuentas.

 

Publicado en Nuestras Voces y www.elforjista.com.ar

Redaccion

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba