Alrededor de Lunghi hay una casta de 100 tipos que viven del poder y que hace rato perdieron las ganas, la iniciativa, la vocación de servicio y la imaginación.

Días atrás el espacio que conduce el Presidente del Bloque de Concejales de Unidad Ciudadana cerró un acto frente a más de 1000 personas en la Universidad Barrial en lo que muchos interpretaron como el virtual lanzamiento de su candidatura a Intendente para las elecciones de 2019 acompañando a la fuerza política de la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Salvo el denominado peronismo no kirchnerista alineado en el bossismo; casi todas las fuerzas políticas opositoras de la ciudad, las organizaciones sociales, los sindicatos nucleádos la Mesa Intersindical y el Partido Justicialista de Tandil estuvieron presentes en el acto que funcionó de corolario a un 2018 cargado de actividad.

De cara a un 2019 que se anticipa muy movido en términos electorales, Rogelio Iparraguirre recibió a LOT y contestó sin cassette sobre la gestión del Intendente Lunghi, la crisis económica y social y su concepción sobre «los 100 tipos que rodean al Intendente en una calesita interminable»

Se cierra un año muy difícil para todos los argentinos y en lo local vos has sido muy crítico de la administración municipal y de la figura del intendente. ¿Crees que Miguel Lunghi está a la altura de las circunstancias para enfrentar la notoria crisis económica y social que golpea a la ciudad?

A eso lo dirá la ciudadanía cuando lo tenga que decir. Lo que yo sostengo es que hoy Lunghi es un ancla en el siglo XX mientras el mundo ingresó como una tromba en el siglo XXI. Como me dijera alguien alguna vez: Si bien su gobierno se inició en el 2003, Lunghi es el mejor intendente del siglo pasado. Me gustó mucho esa metáfora y sé que no estoy diciendo nada nuevo con eso, que cualquiera que haga un análisis mínimamente desencantado y frío podrá llegar a las mismas conclusiones.

Lunghi es un hombre formado en una concepción del mundo y las ideas propias de la primera mitad del siglo pasado, un mundo donde el principio de no innovar era la regla, un mundo que luchaba contra los cambios y se aferraba a formas y miradas atávicas basados en la idea de que el cambio era desestabilizante, que cambiar podía significar una amenaza. Y si esto lo tenés que ver por ejemplo en el modo que ejerce la gestión municipal, que en definitiva es lo que nos importa, vas a ver que su idea se limita a la mera administración de los recursos que mes a mes ponen los vecinos y que vienen de nación y provincia. No hay innovación, no hay creatividad ni apelación a la idea de que desde el gobierno sea posible  desarrollar políticas que generen condiciones nuevas para tal o cual idea que implique transformar lo dado para convertirlo en lo buscado.

¿Pero no es una contradicción decir que Lunghi es contrario al cambio cuando él es la principal figura de la coalición Cambiemos a nivel local?

La administración de Lunghi y todo su equipo puede significar cualquier cosa menos cambio. Y no me parece contradictorio en lo más mínimo. Que un partido político haya tomado esa palabra como su slogan y haya martillado la conciencia social hasta el hartazgo con la marca “cambio” puesto que ellos trabajan la política como si se tratase de vender un nuevo jabón en polvo, no hace que significantes tan fuertes como el cambio, la transformación o la evolución queden reducidos a eso.

Decís que la gestión de Lunghui se limita a la administración pero justamente uno de sus caballitos de batalla ha sido el hecho de ser un “buen administrador”.

Por eso sostengo que no estoy diciendo nada nuevo ni es antojadiza la caracterización que hago de su gobierno, vos mismo lo decís. El problema es que si tu función se limita a administrar los recursos que te llegan sin crear condiciones nuevas con ellos que te preparen para resolver problemas nuevos, entonces el día que se revierte un ciclo económico virtuoso te quedás sin iniciativa y sin capacidad de generar los resortes que te preparen para paliar y amortiguar mejor las consecuencias de las crisis. En definitiva se te pasa el tren, que es lo que yo creo que le está pasando a Lunghui y a la casta de 100 tipos que lo rodean desde hace 16 años. Porque si el bronce que tenés para lustrar consiste solamente en que “sos un buen administrador”, el día que escasean los recursos entonces ya no tenés que administrar . Mientras tanto a tu alrededor los problemas se multiplican y la dimensión social de la crisis se hace cada día más dolorosa y no tenés ni un chasquibúm para ofrecerle a la comunidad, porque durante todo el período que pudiste haber generado políticas públicas modernas, activas, que involucrasen participación social y que en definitiva pudieran haber reforzado un tejido social productivo y generador de riquezas, vos te limitaste a administrar lo que ponía cada mes la ciudadanía de Tandil. Por eso ha sido tan común todos estos años que ante cada problema escucháramos a Lunghui o a cualquiera de sus funcionarios decir que “eso es problema de la provincia”, o “eso es responsabilidad de la nación”, o “eso es culpa de los vecinos” y así sucesivamente porque en su idea de gobierno no entra la idea de involucrarse de lleno con los problemas.

Fijate ahora con el tema de la extensión del área de estacionamiento medido. La gente no tiene un mango, se pierden empleos, la industria y el comercio están detonados, los salarios tiene 45% menos de poder adquisitivo que hace 3 años, las tarifas son imparables y la inflación no se detiene. ¿De verdad que la única idea que se les cae es ampliar el estacionamiento medido? Es francamente incomprensible la miopía social. Se creen una realidad inventada que les relatan al oído un grupo de tipos que rodean el poder desde hace casi dos décadas. 100 tipos que hace rato perdieron las ganas, la iniciativa y la vocación de servicio. Una casta que vive del poder alrededor de la figura del intendente y que perdieron toda capacidad de imaginar una ciudad, de romperse los cuernos para encontrar soluciones a los problemas que se suscitan todos los días.

 

«Todo hombre y mujer tandilense menor a los 30 años no tiene noción alguna de algo que no sea Lunghi y su equipo de 100 tipos»

 

Justamente, se te ha escuchado últimamente hacer hincapié en los vicios que genera el ejercicio del poder extendido en el tiempo. ¿Porqué crees que una administración que es elegida en elecciones puede ser un problema?

Ya van a ser 16 años del ejercicio del poder de manera ininterrumpida en Tandil. Para que te des una idea, se dice que la conciencia política elemental de un ciudadano se adquiere alrededor de los 15 años, que es cuando entre otras cosas incorporás la idea de la democracia, de los partidos, de que existen instituciones y personas en ellas que han asumido responsabilidades que tienen incidencia directa con tu vida. Bueno, a partir de ese principio hacé la cuenta y pensá que todo hombre y mujer tandilense menor a los 30 años no tiene noción alguna de algo que no sea Lunghi y su equipo de 100 tipos. No conocen otra cosa y en un punto hasta les resulta difícil imaginarlo porque no tienen con qué compararlo. Estamos hablando de más de un tercio de la población y que es el tercio más dinámico y cargado de futuro de nuestra ciudad. Eso en sí mismo ya empieza a ser un problema, porque si esa tercera parte de nuestra comunidad no ha podido visualizar otra cosa entonces se corre el riesgo de que pierdan esperanza e interés en el acontecer de su propia comunidad. Se corre el riesgo de que las nuevas generaciones pierdan las expectativas respecto a que la ciudad que los vió nacer y crecer sea capaz de ofrecer las condiciones que ellos pretenden de una ciudad para desarrollarse en plenitud como personas en torno a toda una serie de valores e ideas propias del siglo XXI. Justamente porque lo único que han visto en su ciudad en términos institucionales ha sido a un intendente que reproduce ideas propias de un mundo de la primera mitad del siglo pasado y que como tales son ideas muertas.

Y ojo que no estoy diciendo que el problema sean los 77 años de Lunghi. No por favor! Mirá que se pueden tener 40 pirulos como tengo yo y ser tan conservador y tener ideas tan viejas como las que tiene el intendente. Porque te repito que el problema hay que verlo en el campo de las ideas. ¿O qué creemos que significa ese latiguillo de Macri y su equipo de comunicación de “desterrar los problemas de los últimos 70 años” o que “hay que volver a la Argentina de hace 70 años” que vienen repitiendo incansablemente desde que asumieron? No es otra cosa que lo que te estoy diciendo. En definitiva una concepción del mundo y del país en la que cada uno tiene un rol estanco asignado por una  estamentación social preexistente y que debe cumplir al ras de la letra sin chistar y sin preguntarse porqué. Es una Argentina pre peronista la que imaginan. Pero guarda que también es anti irigoyenista. Es la Argentina de la década infame, la Argentina del viejo Vizcacha, de la Vuelta del Martín Fierro. Un mundo injusto que es lo que en definitiva a nosotros nos ha llevado a abrazar la política como herramienta de cambio.

Pero además de empezar a ser un obstáculo para el cambio y las transformaciones que debe encarar una comunidad como la nuestra, el ejercicio del poder durante 16 años es un problema porque ocurre algo que a esta altura yo creo que es inherente a la especie humana y es que con el poder se engendra una idea que hace que se pierda de vista que el poder es apenas una circunstancia y se empiece a creer que quien lo ejerce es la fuente misma de donde emana el poder. Y esto es lo que de un tiempo a esta parte se nota mucho en la administración local. Lunghi y su equipo creen que ellos mismos son el poder, que el poder nace y muere con ellos. Y las consecuencias más dañinas de esta idea son la soberbia por un lado y la idea maniquea que se tiene del otro y de la realidad misma. La soberbia porque justamente si te convences de que el poder sos vos, entonces ¿cómo no creer que sos el mejor, que sos infalible y que siempre tenés razón?. Pero el problema es que la soberbia tiene consecuencias directas en la vida de aquellas personas a las que debes representar y cuyos intereses debes defender, porque empezás descalificando toda crítica y terminás descalificando y descartando de plano todo lo que pueda significar un aporte constructivo, cualquier idea que no parta del seno del poder. Y así terminás engendrando el segundo problema, más grave aún, que es el de ignorar la realidad tal como se presenta y creer que si no es tal y como vos decís que deba ser pues entonces no es tan real y de ahí devienen dos consecuencias directas;  por un lado, la falta de reflejos para reaccionar ante un problema y activar mecanismos para evitarlo o solucionarlo, y por el otro la pérdida de la empatía y la sensibilidad para ponerte en el lugar del otro o la otra, para sentir sobre todo junto a quienes más sufren.

 

«Y ojo que no estoy diciendo que el problema sean los 77 años de Lunghi. No por favor! Mirá que se pueden tener 40 pirulos como tengo yo y ser tan conservador y tener ideas tan viejas como las que tiene el intendente»

 

¿Y porqué cuando hablas del supuesto agotamiento del equipo que acompaña al Intendente los nombras como los “100 tipos que rodean a Lunghi”?.

Es que son eso, son 100 tipos que hace 16 años que giran en una calesita eterna que tiene a Lunghi con la sortija que los hace cambiar de una secretaría en el ejecutivo al hospital, del hospital al concejo deliberante, del concejo a la Usina, de ahí al sistema de salud y de ahí creamos una coordinación nueva y otra vez en el Ejecutivo y así indefinidamente. Y digo tipos porque son eso, porque parte de las consecuencias de estar anclado a  mundo de mediados del siglo pasado es que obviamente son machistas y patriarcales, porque decime ¿dónde está la mujer en la administración Lunghi? No está. Es un gobierno de hombres con ideas de hombres y para hombres; y ya sabemos todos lo que eso significa y como atrasa.

Ahora bien,esperar que estos 100 tipos mantengan intactas las ganas de hacer política para solucionarle los problemas a la gente y de gobernar en base al desafío de ser cada día mejores para alcanzar metas que tengan el norte puesto en la mejoría de la calidad de vida de los ciudadanos, a esta altura ya sería tonto de nuestra parte.Cuando a lo único que pueden echar mano para gobernar es a seguir vaciando los bolsillos de los vecinos es señal de que algo se agotó, y yo creo que eso que se agotó es la vocación de servicio y las ganas. Y con eso se perdió la eficiencia y la eficacia en el desempeño de sus funciones.

Marcos Aguilera

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