El proyecto de crear un crematorio para la ciudad de Tandil fue presentado por el bloque de concejales de Unidad Ciudadana y aprobado hace un año, sin ebargo no se llevó adelante por la crisis económica.
Fue en sesión ordinaria del Concejo Deliberante, cuando los concejales de todos los bloques legislativos aprobaron por unanimidad la normativa que se convirtió en ordenanza y que regularía la instalación de crematorios en la ciudad, una actividad que era ampliamente requerida por los vecinos de Tandil.
La normativa establece que la cremación deberá brindarse en forma compatible con la calidad ambiental, respetando el recato, el pudor y las costumbres sobrias que deben primar en este tipo de prácticas. Por ello, la autoridad de aplicación deberá controlar la intimidad, el celo discreto en las disposiciones y el sometimiento irrestricto a estos principios por parte de los prestatarios.
En cuanto a quién lo llevaría adelante, se estableció que podría ser un servicio que brinde tanto el Estado como los privados, pero deberán respetar todos los aspectos de la normativa, además de las leyes provinciales y nacionales que rijan en esta materia.
En cuanto al trámite de habilitación se exige un estudio de impacto ambiental y la presentación de un detalle minucioso sobre la tecnología que va a utilizar para la reducción de los cadáveres y restos humanos, entre otras exigencias.
Pero finalmente la crisis económica y la corrida cambiaria complicaron la posibilidad de materialización de la idea, cuya inversión significa una cifra muy importante que tiene una recuperación a largo plazo. Según la información provista, apenas el 20 por ciento de los servicios que brindan las casas velatorias de la ciudad corresponden a cremaciones, lo que permite deducir que el recupero de la inversión sería viable a largo plazo.
