Los diputados tandilenses de Cambiemos no dieron quórum para frenar los tarifazos en el Congreso Nacional

Los diputados nacionales, Carlos Fernández y Josefina Mendoza del bloque oficialista Cambiemos, no dieron quórum en la sesión que en la tarde de hoy buscó frenar los tarifazos en los servicios públicos. Los aumentos superiores al 1500% en distintos rubros energéticos – y que forman parte de los precios relativos – afectan a millones de argentinos en general y miles de tandilenses en particular.

Carlos Fernández es un histórico dirigente radical, hombre importante en el tablero político de la Provincia de Buenos Aires y con un amplio recorrido legislativo. Tiene fuertes lazos con la gobernadora Vidal y nunca ha disimulado su deseo de luchar por el sillón de Duffau. Hace algunos años se lo vinculó con la titularidad de un inmueble donde se ejercía la prostitución aunque el declaró desconocer y no tener ningún vínculo con esa situación.

Josefina Mendoza, nació de Daireaux pero se formó políticamente en nuestra ciudad a través de la militancia universitaria en Franja Morada, el bastión estudiantil de la Unión Cívica Radical. Estudió Relaciones Internacionales en la UNICEN y fue Presidenta de la FUA (Federación Universitaria Argentina). Es una de la Diputadas Nacionales más jóvenes de la historia, un galardón que comparte con el conservador, Emilio Hardoy, electo 1935 con tan sólo 24 años. En diciembre pasado dio una entrevista a Infobae donde la consultaron por la represión y el conflicto con la comunidad Mapuche que copaba la escena pública: “se está en una situación de tensión permanente con alguien que no reconoce tu autoridad. No creo que sea fácil tomar una decisión. Confío que Patricia Bullrich y Macri tienen la definición de resolver el conflicto” dijo la joven diputada.

El Intendente Miguel Ángel Lunghi parece pivotear sobre una encrucijada insalvable: o apoya públicamente los tarifazos como los diputados nacionales de su espacio; o atiende al reclamo de miles de vecinos a los que el tarifazo les pega de lleno. La otra alternativa es el silencio o el cambio de agenda pública, una habilidad que debe reconocerse con nobleza pero no sin cierto pesar. Por lo pronto, el tema se sostiene con fuerza y atraviesa horizontalmente los reclamos de todos los estratos sociales. La lucha legislativa parece estar dando un giro importante en materia de alianzas. No será la primera vez que los diputados deberán someterse a la encrucijada de legislar para la gente o aceptar seguir la disciplina de un espacio político que toma decisiones antipopulares.

Redaccion

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