La caída parcial por 2-1 en Astaná, frente a Kazakhstán, dejó a la Argentina en una situación incómoda, con la necesidad de ganar los dos partidos de la última jornada para evitar la salida del Grupo Mundial de la Copa Davis. La pareja de los debutantes Andrés Molteni y Machi González perdió en cuatro sets frente Kazakhstán, tuvo un rendimiento opaco y dejó a la Argentina con riesgo de caer a la zona americana. «El de mañana será un día muy interesante, muy excitante. Es un desafío enorme el que tenemos por delante, habrá mucha adrenalina. Tenemos posibilidades concretas de dar vuelta la serie y eso es lo que vamos a venir a hacer», aseveró Orsanic, en la sala de conferencias del Centro Nacional de Tenis kazako.
La opaca actuación de la pareja debutante, Andrés Molteni (48° del ranking de dobles) y Machi González (148°), con la derrota por 5-7, 6-4, 7-5 y 6-4 frente a Timur Khabibulin (272°) y Aleksandr Nedovyesov (320°), el equipo que en 2016 se consagró por primera vez en la competencia está 1-2 y no tiene margen de error. Se encuentra contra las cuerdas. Claro que todavía respira y la fortuna está en las raquetas de Diego Schwartzman y Guido Pella, que deberán vencer a Mikhail Kukushkin y a Nedovyesov, respectivamente, para que se conserve la categoría en el Grupo Mundial (el partido del Peque comenzaba a las 3 de nuestro país). Descender a la zona americana sería un mazazo deportivo y económico.
El equipo dirigido por Daniel Orsanic intenta evitar un registro negativo y poco usual en la Davis: que el campeón defensor descienda en la temporada siguiente a la obtención de la Ensaladera, una situación que sólo tiene dos antecedentes; el último, en 1999 cuando Suecia perdió 3-2 con Australia y volvió a la zona Euroasiática, luego de conquistar el máximo trofeo del tenis por equipos en 1998. Previamente, Francia fue campeón en 1996 y descendió en 1997 luego de sendas derrotas contra Australia y Bélgica.
En este caso, la Argentina busca mantenerse en el Grupo Mundial, la máxima categoría de la Copa Davis, en la que actúa desde 2002 de manera ininterrumpida. Allí ascendió en septiembre de 2001, luego de diez temporadas en la Zona Americana I, el segundo nivel del torneo.
En todo este tiempo, la formación albiceleste sólo debió refrendar la permanencia en un repechaje en 2014, cuando superó por 3-2 a Israel en un play-off disputado en Sunrise, Estados Unidos. Allí también la Argentina quedó 1-2 tras ceder el punto del dobles, y consiguió revertir la serie en la última jornada, con una formidable actuación de Leonardo Mayer.
Pase lo que pase, el futuro comenzará a dilucidarse el miércoles próximo, en Londres: ese día se realizará el sorteo de los cuadros de la temporada 2018. Allí, la Argentina conocerá a su primer rival de la próxima temporada, si se mantiene en el Grupo Mundial, o la posición que asumirá en el Grupo I Américas, muy posiblemente como primer preclasificado, si es que retrocede de categoría.
