Las tapas y el bosque: el #NiUnaMenos 2017 en los diarios

Por Martín Becerra *

 

Ayer, sábado 3 de junio, el colectivo #NiUnaMenos organizó su tercera y masiva marcha en distintas ciudades argentinas contra la violencia machista. Hoy las tapas de los diarios generalistas y populares editados en Buenos Aires muestran, a diferencia de las marchas anteriores, una presencia dispar de la movilización. En términos generales, los diarios con mayor circulación restaron relevancia en sus tapas al #NiUnaMenos. El caso permite plantear a título hipotético algunas ideas sobre la importancia de las tapas de diarios en la actualidad:

La marcha de ayer se inscribe en una serie que tiene, para la industria de la información, menor valor novedoso que las previas de 2015 y 2016. La novedad es uno de los criterios clásicos de noticiabilidad, aunque no el único y, en muchos casos, no el más importante. A ello se suma la decisión editorial de realzar la importancia de otros contenidos. Esa decisión complementó esta vez la asociación hecha por varios de los principales diarios entre la movilización y el clivaje político-social de “la grieta” (K versus AntiK) como eje organizador. De ahí la insistencia del encuadre que La Nación realizó en los últimos días y cristaliza en su edición de hoy acerca de la presunta dispersión de motivaciones y consignas que reúne a la multitud de manifestantes, como si fuera este un rasgo peculiar o distintivo que menoscaba la coherencia del reclamo del #NiUnaMenos respecto de otras marchas masivas en la historia reciente.

Las tapas de los diarios, es cierto, no expresan la totalidad de la cobertura noticiosa y tienen una importancia decreciente porque, por un lado, su exhibición directa está en caída libre conforme merma de modo constante la venta de diarios en papel y, por el otro, porque la organización de contenidos de las empresas de diarios prioriza en muchos casos la circulación digital tanto en sus propios portales como en las redes sociales digitales. En estos espacios, que aportan cada vez más contacto social con sus contenidos (a lo que se alude como “tráfico”), los contenidos de los diarios sufren un proceso de atomización, singularización y desprogramación, lo que atenta contra uno de los principios fundantes de la industria pues desordena la jerarquía y la secuencia editorial que se materializa en una tapa. En las redes sociales digitales los titulares de los dos diarios con mayor circulación en papel bien pueden haber quedado eclipsados por la mayor atención de otras notas, incluso las que no fueron destacadas como noticias principales.

No obstante, si bien las tapas de los periódicos pierden influencia directa, son en cambio una referencia central para productores de medios que las reproducen en su rutina de definición de temas para tratar en televisión, en radio y en otras redacciones. Y, por cierto, en el espacio digital de intercambios, que en muchos casos son vicarios de la factoría mediática tradicional. Las tapas son leídas y reproducidas por otros periodistas, por la élite política e intelectual y por lo que el funcionalismo inspirado en Paul Lazarsfeld llamaba líderes de opinión y el duranbarbismo alude como “círculo rojo”.

¿Cuál es la circulación directa de las tapas? En Argentina la venta del diario papel va, como dice el tango, en la cuesta de la vida sin remedio (la decadencia es desigual en términos relativos, sin embargo, ya que no afecta a todos los diarios de la misma manera y algunos tienen estrategias eficaces de contención de la merma en ventas). Según datos 2016 del IVC (Instituto Verificador de Circulaciones) de varios de los diarios editados en Buenos Aires, Clarín vende de lunes a viernes 140 mil ejemplares y los domingos, 435 mil; La Nación vende de lunes a viernes 80 mil ejemplares y los domingos, 290 mil; Diario Popular vende de lunes a viernes 63 mil ejemplares y los domingos, 96 mil; Página 12 vende de lunes a viernes 11 mil ejemplares y los domingos, 26 mil. Hay diarios editados en el resto del país que tienen circulaciones más amplias que varios de los mencionados y que, en algunos casos, tienen vínculos societarios con (o son propiedad directa de) Clarín.

Mientras tanto, en lo que hace a la versión digital de los diarios hay que hacer dos comentarios previos: en primer lugar y como ya se mencionó, la tapa papel suele descomponerse en la versión digital, que no es –salvo excepciones- respetuosa de la jerarquía definida en esa tapa (lo mismo ocurre con las cuentas en redes sociales de los diarios que son más ligeras, tal como expresan las investigaciones de MESO dirigidas por Eugenia Mitchelstein y Pablo Boczkowski); en segundo lugar, las estadísticas no son sencillas de resumir porque algunos estudios cuentan ingresos netos, otros tiempo de permanencia en el sitio web y cantidad de clics a diferentes notas, otros su reproducción en las redes, etcétera.  En todo caso, la predominancia de Clarín como medio impreso es menor en digital por varias razones: porque los usuarios de noticias digitales son más agnósticos y cliquean en diferentes sitios simultáneamente (lo que amenaza la estrategia de arancelar el acceso dispuesta por Clarín y anunciada por La Nación), porque cuenta no sólo con la competencia de los diarios sino también de portales que, como Infobae (Grupo Hadad) rankean muy bien en digital pero no tienen versión impresa, porque además compite por la atención del público con sitios de noticias y entretenimientos de otros medios –televisión, radio- nacionales y extranjeros (incluso del propio grupo Clarín, como TN) y de redes sociales. Dicho esto, Clarin.com es el sitio informativo más visitado de la Argentina y según Comscore tiene 10941 millones de usuarios únicos, LaNacion.com tiene 10089 millones e infobae.com 8744 millones.

Estas cifras permiten permiten encuadrar la valoración de las tapas de los diarios para apreciar que, así como son expresión elocuente de la línea editorial de un medio de comunicación, están relativizadas crecientemente en su influencia y circulación social por determinaciones que superan sus capacidades y posibilidades de control.

 

 

* Doctor en Ciencias de la Información (U. Autónoma de Barcelona), donde también se recibió de Magíster en Ciencias de la Comunicación. Investigador Independiente en el Conicet y Profesor Titular por concurso en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y en la UBA | Publicado en su blog «Políticas y Tecnologías de Comunicación» https://martinbecerra.wordpress.com

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