La península de Corea y un conflicto sin solución

Por Gerardo Leclercq – gerardoleclercq@gmail.com

El conflicto en la península de Corea sumo en los últimos días un nuevo capítulo a su extensa historia. Sus orígenes se remontan a 1950, siendo este el primer enfrentamiento de la Guerra fría. Con 67 años de historia el conflicto Coreano, al igual que la Guerra fría, atravesó por momentos de tensión y distensión, y al margen de la retórica encarnada por diversos líderes políticos mundiales, los elevados costos de un enfrentamiento armado, imposibilitan vislumbrar una solución a corto y mediano plazo.

Las últimas pruebas militares de Corea del Norte encendieron las alarmas de los Estados Unidos y sus aliados en la región, pero una vez más quedo evidenciada la imposibilidad de una respuesta militar a las provocaciones Norcoreanas. Pero, por que una acción militar no resulta una alternativa viable? Básicamente porque el conflicto en la península de Corea presenta una característica que lo hace único.

Tiene un alto nivel de amenaza, pero una baja probabilidad de guerra.
Todos los actores involucrados en el conflicto (la península de Corea, Japón, China y los Estados Unidos) conocen y entienden las “reglas del juego”. Corea del Norte sabe que en una hipotética guerra el resultado va a ser el mismo, indistintamente del camino que se tome: la caída de Pyongyang y el fin del Comunismo. Por su parte norteamericanos, japoneses y Sur Coreanos entienden los elevados costos de iniciar una guerra.

¿Qué pasaría ante un eventual ataque de los Estados Unidos y sus aliados?
Lo primero que haría Corea del Norte seria atacar Seúl, la capital del Sur, acto seguido dispara contra Japón y probablemente contra Israel. De ahí en más se produce una guerra total con un resultado claro, la derrota total de Corea del Norte y su salida del Comunismo. Ante tal caso de una eventual guerra, su posterior resultado trae consigo una serie de situaciones difíciles de afrontar para Estados Unidos y sus aliados:

• La reconstrucción del Sur y la posterior unificación de la península, si a esto le sumamos las enormes asimetrías económicas existentes entre ambas Coreas, el costo de dicha unificación se torna por demás elevado

• No está claro cuál sería el accionar de China en tal conflicto, y menos claro aún es cuál sería el papel que jugaría Rusia
Al margen de posibles conjeturas y elucubraciones lo concreto es que ni a China ni a Rusia les conviene una Corea unificada bajo los términos Occidentales (los del Sur) ya que la península se transformaría en un terreno fértil para la proliferación de bases militares norteamericanas.

Trump y la incertidumbre

Pese a su imagen de impredecible e inmanejable Donald Trump opto por no atacar Corea del Norte y aposto por la estrategia de la contención, que no es más que lo que vienen realizando las últimas administraciones americanas respecto del conflicto Coreano.
Lo que es de esperar es la profundización de la alianza militar entre Estados Unidos y Corea del Sur, al mismo tiempo que aumenten las presiones diplomáticas a China, para que a su vez intente persuadir a Corea del Norte para intentar poner paños fríos en una región que está atravesando un periodo de tensión.

Como síntesis final podemos apreciar que el conflicto entre ambas Coreas es una continuidad del periodo de Guerra Fria, al margen de las características propias y de las complejidades del caso, podemos trazar un paralelo histórico entre la Guerra Fria en su conjunto, con sus periodos de tensión y distensión; y el conflicto puntual de la península de Corea que también cuanta con periodos de tensión y distensión.

Redaccion

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