El reclamo viene siendo largamente extendido para que en la ciudad de Tandil también rija el sistema que se está ampliando en todo el país en materia de transporte de pasajeros, el Sistema Único de Boleto Electrónico, SUBE; o al menos para que el sistema SUMO sea homologado.
Ahora, mientras se reabre el debate sobre la nueva tarifa de colectivos en la ciudad (una de las más costosas de la Provincia y del país), y seguimos con el mismo sistema, la vecina Olavarría demuestra que es posible la implementación del sistema SUBE, en una ciudad de población con características similares a la nuestra.
Homologar no es un capricho
La homologación de la tarjeta SUMO con la SUBE, o el reemplazo definitivo tiene un fin social y también de comodidad para los turistas. El fin social se explica con los beneficios que ciertos sectores de la sociedad obtienen con la tarjeta y que están siendo privados en nuestra ciudad.
A saber, una tarifa diferenciada para jubilados y pensionados, titulares de la Asignación Universal por Hijo, veteranos de la Guerra de Malvinas y para los beneficiarios de los planes Jefes de Hogar que ya existe, sobre todo en el Area Metropolitana y en el Gran Buenos Aires y en todos los lugares en donde se homologó la SUBE.
En Tandil por el contrario, al no haber homologado, estamos actuando en detrimento de los derechos con que esos sectores ya podrían contar. Además, en una ciudad turística como la nuestra, cualquiera que visite Tandil la podría utilizar y evitar situaciones como ocurrió durante el último recital del Indio Solari, cuando el Deliberativo debió votar una cuestión extraordinaria para el pago manual por cuatro días.
