Como cada 17 de Octubre

La cita está intacta. Cada 17 de octubre, militantes y dirigentes se reúnen en torno al busto de Juan Domingo Perón, ubicado en la Plaza de la Estación, para rendir homenaje a una fecha fundamental de la historia argentina: el Día de la Lealtad.

Ayer no fue la excepción, a pesar del frío que no quiere irse de la ciudad, más de 100 personas acudieron pasadas las 18 horas al lugar.

Interesante lo que se recuerda cada 17 de octubre. Un pueblo que acudía a las calles porteñas desde diferentes puntos del Conurbano y la Capital para reclamar la vuelta del general Perón, encarcelado en ese momento. Se lo llamó el Día de la Lealtad, porque recuerda al amor de las masas a su líder, que inexorablemente cambió la historia argentina. Desde ese momento, cada año, se rinde culto a la fecha y al accionar, poniendo en relieve la palabra lealtad a una forma de entender el amor a la Patria y al Otro.

Cada año el escenario es diferente. Para algunos, que dicen llamarse peronistas, el calor del poder los hace tener mayor efusividad para la fecha. Pero cuando ser gobierno no es una lógica, esconden lo que hasta al año pasado era una fija.

Otros, en tanto, responden al calor de la fecha como siempre: con profunda convicción de que la Lealtad es algo que no se negocia ante ningún interés.

Entre los presentes en la tarde de ayer estuvieron los concejales del ahora llamado Bloque Justicialista Corina Alexander, Pablo Bossio y Facundo Llano y del Frente para la Victoria, Rogelio Iparraguirre y Darío Méndez.

Tras las palabras del único orado Raúl Echegaray, donde se abogó por la unidad del movimiento nacional y popular, se cantó la marcha peronista. Al finalizar las estrofas originales de la tradicional marcha, algunos callaron los aplausos y el canto, mientras que la mayoría de los presentes reinvindicó la figura de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner en la «versión extendida» de la misma.

Valen justamente las palabras de Cristina Kirchner durante un acto por el Día de la Lealtad: «Tenemos que interpelarnos nosotros mismos e interpelar también a la sociedad. Tuvimos defectos y errores sin lugar a dudas, pero en el balance retrospectivo el salto formidable que dio la Argentina, esa Argentina desahuciada del año 2001, 2003, dio un salto formidable en calidad de vida, en inclusión, en incorporación de las grandes mayorías nacionales. ¿Vamos a quedarnos relatando lo que hicimos? No. Tenemos que organizar a la sociedad, a nuestros compatriotas, a nosotros mismos también».

Redaccion

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